Actualmente la cirugía plástica va muy de la mano con respecto a lo que a sexualidad se refiere, ya que la gran mayoría de las técnicas de la parte estética de la cirugía plástica, van encaminadas a mejorar el aspecto físico de cada paciente, lo que mejora la autoestima y la autopercepción; así también la forma en que nos perciben los demás. Ya que es bien sabido, que al sentirse bien uno mismo, con una adecuada autoestima, podemos interactuar con los demás de una forma más fluida y adecuada, mejorando así las relaciones humanas, incluidas las de tipo sexual.
En cuánto a sexualidad se refiere al tener una mayor armonía con nuestro cuerpo, podemos desinhibirnos de forma más amplia y disfrutar abiertamente de nuestra sexualidad, claro, no es un requisito realizar una cirugía plástica estética para mejorar la sexualidad, simplemente, para personas que han tenido “complejos” durante gran parte de su vida, en el momento en que se realizan un procedimiento estético, la vida parece cambiar y brindarles una segunda oportunidad para poder disfrutar de una sexualidad que tal vez por esos complejos, no había sido la prima óptima.
No sólo la cirugía plástica estética puede mejorar la vida sexual de un paciente, también hay ciertas cirugías plásticas reconstructivas encaminadas a lograr mejorías en la sexualidad. Algunas de ellas son, la reconstrucción mamaria, para pacientes que infortunadamente cursaron con cáncer de mama y tuvieron que someterse a un sufrido proceso de resección de tejido mamario, así como quimioterapias y radioterapias, dependiendo del tipo de cáncer. Lo cual en ocasiones, las cuales son mayoría, logran crear la autopercepción de mutilación de la feminidad y en ocasiones, sentir que se pierde por completo. Esto no sólo ocurre en la paciente, sino en ocasiones también es el pensar y sentir de sus parejas, lo que en ocasiones culmina con el divorcio y/o el abandono por parte de la pareja y también de ellas mismas. Al momento de realizar la reconstrucción mamaria, la paciente recupera su feminidad y con ello, recupera nuevamente su vida sexual.
Otra parte es el rejuvenecimiento vaginal, el cual está encaminado a mejorar el aspecto físico de la vagina, pero no sólo eso, también se realiza para mejorar la calidad de las relaciones sexuales, ya que parte del proceso es proporcionar estrechez a las paredes vaginales para incrementar la satisfacción sexual de la pareja, evitar la sequedad de la vaginal, para evitar una relación coital dolorosa y mejorar el disfrute sexual por parte de la mujer, y por último, incrementa el volumen en el punto “G”, el cual es un punto erógeno, que al ser estimulado de forma adecuada culmina con el clímax orgásmico de la relación, dicho de otra forma incrementa la estimulación y la satisfacción sexual de la paciente y de su pareja.
Como hemos visto, la sexualidad y la cirugía plástica, sin ser el fin de la misma, tienen una relación muy estrecha. Dicha relación mejora de forma física, psicológica y sexual, el total de la vida de los pacientes que se someten a algún procedimiento, no sólo estético, sino también reconstructivo. Por lo que podemos concluir que someterse a un procedimiento de cirugía plástica, no sólo mejora el aspecto físico, sino también, mejora la calidad de vida y la calidad de las relaciones interpersonales y sexuales de las personas que se someten al procedimiento y de las personas que conviven con ellos en los diferentes ámbitos.