Ésta mágica ciudad de México tan llena de vida y de propuestas para todos los gustos nos ofreció el jueves por la noche un evento en el Dobermann, bar situado en la calle de Madero ubicado en un sexto piso; el cuál se deleitó con la presencia de bandas nuevas, independientes y de garaje.
Asistí sin conocer ninguna propuesta, no teniendo idea de qué tipo de bandas iba a ver.
Alrededor de las diez de la noche subieron al escenario tres chicos con el rostro pintado de blanco, al verlos no sabía que esperar.
Comenzaron a tocar y aunque el audio del lugar no era el mejor lograron captar mi atención.
El bajo lo tomó una chica con su vestido azul rey, su rostro se asemejaba al de una muñeca de porcelana; el guitarrista con camisa roja y globos en la espalda, parecía un arlequín; el baterista apasionado tocando; apareció el vocalista y empezaron a deleitar al público.
Son una banda con una propuesta interesante; buenas letras, composiciones propias, la interacción entre ellos es natural, se nota que de verdad disfrutan lo que hacen, cada uno es muy bueno y entregado a su instrumento, la voz es clara y tiene mucha potencia.
Me gustaría escucharlos en otra ocasión con mejores condiciones, un audio que haga justicia a su música.
Tocando un buen rock fueron sin duda la mejor banda de la noche: Distorhead.
Enhorabuena chicos!
Canción para escuchar: Moño blanco